martes, 13 de noviembre de 2018

Breve historia de la psiquiatría



La psiquiatría ,disciplina con entidad propia, tiene un origen legal. Hasta principio del siglo XX fue una rama de la medicina legal que tenía por finalidad principal dirimir si el enfermo mental era responsable o no de sus actos.

En los últimos 60 años la Psiquiatría ha hecho esfuerzos importantes para acercarse a las ciencias médica, habiéndose realizado innumerables estudios genéticos de las enfermedades mentales, exploraciones de neuroimagen, investigaciones sobre la neurotransmisión cerebral, etc. Ahora bien, los resultados de todos este esfuerzo científico son pobrísimos y, a día de hoy, seguimos sin saber prácticamente nada de cuáles son las bases anatomopatológicas general las enfermedades mentales, ni tampoco de sus causas. Sólo ha habido algún discreto avance en el conocimiento del papel que pueden desempeñar los distintos neurotranmisores cerebrales, lo que ha permitido mejorar un poco los medicamentos que se usan para la ansiedad, la depresión y la psicosis productiva.

Su naturaleza legal sigue siendo la fuente de todos males de la Psiquiatría, pues posibilita los ingresos y/o tratamientos en contra de la voluntad del paciente. En el ingreso involuntario el sujeto está convencido de que la han encerrado injustamente en un centro que considera peor que una cárcel. Para tratar adecuadamente con una persona en ese estado se requieren una sensibilidad y un tacto fuera de lo común y que muy pocas personas poseen. Por desgracia, el maltrato que sufren los pacientes psiquiátricos involuntarios sigue siendo la norma: se les desnuda ante varias personas, se les ata a la cama (sujeción mecánica), la mayoría de las veces sin que nadie les explique la razón… Las pocas veces que he visto a una enfermera ir explicando al paciente los motivos de la sujeción mecánica, el paciente se apaciguaba y la aceptaba a medida que se la iba poniendo.

Los enfermos psiquiátricos, con la misma frecuencia que el resto de la población, cometen delitos. Y es precisamente en este punto, el enfoque y manejo que hay que dar a las conductas delictivas de los llamados enfermos psiquiátricos, donde siguen radicando todos los problemas del actual modelo psiquiátrico. Con la legislación actualmente vigente en la mayoría de los países del mundo, si el sujeto que ha cometido un crimen tiene antecedentes diagnósticos psiquiátricos, tales como esquizofrenia, trastorno bipolar psicosis aguda, delirio crónicos, etc., su abogado defensor puede aducir ese antecedente psiquiátrico como prueba legal para conseguir una atenuante o eximente de las conductas delictivas realizadas por su cliente.

Esta es la verdadera razón por la que la actual Psiquiatría es ineludiblemente generadora de enorme frustración. El problema no radica, como reiteradamente defiende la antipsiquiatria en que la Psiquiatría sea una disciplina médica, ni en el consiguiente uso de medicamentos o no. El quid de todos los problemas radica la naturaleza primordialmente legal que sigue teniendo la Psiquiatría.

La Psiquiatría, como disciplina derivada de la Medicina Legal, tenía por finalidad esencial determinar si un acto delictivo ha sido cometido por una persona cuerda o insana. “insania" es todavía el término empleado en el argot jurídico para decir que la persona acusada de un delito padece locura o enfermedad mental.

Así pues, en los inicios de la Psiquiatría como disciplina con entidad propia lo importante era que los peritajes médicos (a comienzos del XIX no eran médicos psiquiatras, sino médicos legales o forenses) permitiesen a los jueces a determinar si esas personas padecían “insania” (“locura”) o no y, en consecuencia si eran imputables o no del delito del que se les acusaba.

Ahora bien, ¿qué hacer con una persona declarada no imputable por “insania” tras haber cometido, por ejemplo, un homicidio? No podía ser condenada y enviada a la cárcel ya que no era imputable…. ¡pero tampoco parecía prudente dejarla así, sin más ni más, en la calle.

Se imponía establecer las debidas medidas para que ese “insano” no cometiese nuevos crímenes. Solución: el “asylum” o “manicomio”, establecimiento donde los “insanos” o “locos” eran recluidos. Así nacen en Europa y Estados Unidos los manicomios a comienzos del siglo XIX.

Ahí sigue radicando el origen de todos los males del actual modelo psiquiátrico: su naturaleza legal y la consiguiente posibilidad de realizar ingresos hospitalarios y demás tratamientos psiquiátricos de manera forzosa. En efecto, con este planteamiento queda abierta la posibilidad de declarar locos a un gran número de personas, pues todos los profesionales relacionados con la enfermedad mental (psiquiatras, forenses, jueces, etc.), ante la menor duda de que un paciente psiquiátrico pueda cometer un delito, determinan su ingreso y tratamiento psiquiátrico involuntario.

Esta es la explicación de que a mediados del siglo XX hubiese varios millones de personas en manicomios, la inmensa mayoría de ellos metidos allí en contra de su voluntad.

¿Y qué a hacer ahora con toda esta pobre gente encerrada, casi siempre de por vida, en manicomios?

Surge así, de forma secundaria, la necesidad de ofrecer algún tipo de ayuda o tratamiento a las personas recluidas en estos establecimientos: primero se les encierra por “locos potencialmente criminales” y luego se plantea el hecho de reeducarles. Durante todo el siglo XIX la terapia empleada fue el “tratamiento moral”, preconizado por Pinel, que era un rudimento de las actuales terapias psicoeducativas. A mediados del siglo XX los laboratorios farmacéuticos sintetizan el diazepam, la imipramina y el haloperidol, útiles para aliviar los síntomas de la ansiedad, de la depresión y de las psicosis. Comienza, así, una desenfrenada carrera investigadora que ha puesto en el mercado centenas y centenas de psicofármacos, con los que, ¡sorprendentemente!, no se ha logrado mejorar la eficacia de los tres primeros, aunque sí han disminuido algo los incómodos efectos secundarios.

Se llega, de ese modo, a la situación actual: aquella rama de la Medicina Legal, se ha convertido en una disciplina médica, la Psiquiatría, que no parece tener límites y que crece de forma desmedida y que afecta ya a casi el 50% población de los países desarrollados. Lo que en principio nace como un problema legal para situaciones concretas se ha convertido en una especialidad médica que crece sin límites y que parece dispuesta a devorarlo todo. Nadie, salvo quizá la industria farmacéutica, entiende cómo puede ser que la mitad de la población de USA esté tomando algún psicofármaco.

¿Hay alguna manera de solucionar este despropósito?

Los antipsiquiatras han propuesto una y otra vez la suya: acabar con la Psiquiatría por ser una actividad fundamentalmente perniciosa. Tal solución parece inadecuada. En efecto, ¿qué hacer con todas las personas que desean que un psiquiatra les ayude, con medicamentos o con otro tipo tratamiento, a superar una depresión o un ansiedad generalizada e incapacitante? La propuesta antipisquiátrica debe ser rechaza por no resolutiva.

Frente a la drástica, pero infructuosa, medida de los antipsiquiatras Nuevapsiquiatría propone una solución completa y eficaz: acabar con las connotaciones legales que actualmente conlleva la enfermedad mental. Es decir, un trastorno psiquiátrico no puede ser utilizado en forma alguna como argumento para obtener la no imputabilidad de un crimen. Sea cual sea el diagnóstico de esa persona, a su abogado defensor le queda totalmente prohibido recurrir al historial psiquiátrico de su defendido como razonamiento para conseguir la no imputabilidad del crimen cometido por esa persona.

La única causa que puede alegar el abogado defensor es la existencia de una clara alteración de la conciencia en el momento en el que su defendido cometió el crimen. Y los trastornos de la conciencia son trastornos neurológicos y no psiquiátricos.

Con esta sencilla medida se habría puesto fin, de inmediato, al 100% de los ingresos y/o tratamientos psiquiátricos forzosos, que son la causa de todos los males de la actual Psiquiatría. Con esa simple normativa al psiquiatra irían ya solamente las personas que voluntariamente pidan su ayuda. Se acabaron, por tanto, los tratamientos con psicofármacos en contra de la voluntad del paciente, así como los internamientos forzosos.

La Psiquiatría habrá dejado de ser entonces una disciplina legal al servicio de la Sociedad, para convertirse en una disciplina médica al servicio de los individuos.

Regresé

Después de muchos años con abandonó al blog he decido retirarlo y seguir compartiendo esa curiosidad por el mundo de la psiquiatría , trastorno mentales , fobias y filias  que disfruten 💕

viernes, 9 de octubre de 2015



La paranoia puede constituirse como un trastorno crónico, con niveles oscilantes de intensidad. Los sujetos ególatras, narcisistas y con baja autoestima son los principales afectados por este trastorno.



Entre los rasgos más característicos que identifican a quienes sufren de paranoia nos encontramos con baja autoestima, frialdad emocional, incapacidad para la autocrítica, hostilidad con el entorno, autoritarismo, episodios depresivos, resentimiento, egocentrismo e importante grado de desconfianza.

Además de todo lo expuesto tampoco hay que dejar pasar por alto el hecho de que la paranoia es una enfermedad gradual que va avanzando muy lentamente. Por eso, hay que estar atentos a los síntomas para poder tratarla cuanto antes.




Al sentir algún tipo de frustración, los paranoicos tienden a apelar al mecanismo de la proyección; por lo tanto, atribuyen a otros sus tensiones y fantasías. Este tipo de pensamientos no acepta razones diferentes a las propias, sino que, por su rigidez, se limita a interpretar signos que le permitan confirmar sus prejuicios.

La manía persecutoria es una de las sensaciones angustiantes que afectan a las personas con paranoia. Estos individuos sienten que son perseguidos y acechados por fuerzas poderosas o incontrolables. Por eso suelen estar a la defensiva, mirar hacia todas las direcciones y sentirse inseguros aún en situaciones cotidianas.

El delirio de grandeza también forma parte de la paranoia. En este caso, el sujeto cree haber sido elegido para desarrollar una misión muy importante o hasta para salvar al mundo de algún peligro indefinido.

Otros tipos de delirios habituales en la paranoia son la erotomanía (cuando el individuo cree que otra persona, por lo general de un estatus superior, está enamorada de él), los celos sin control (la creencia en que la pareja le está siendo infiel) y los delirios somáticos (la persona siente que tiene alguna enfermedad o defecto físico que, en realidad, es inexistente).

Es interesante que conozcamos la existencia de lo que se conoce como trastorno de la personalidad paranoica que es el que tienen aquellas personas que en todo momento desconfían y sienten recelo de los demás. Más habitual en hombres que en mujeres es dicho problema de salud mental del que se desconocen las causas que lo originan pero en el que se sabe que claramente influyen desde factores ambientales de diversa tipología hasta los genes.



Lee todo en: Definición de paranoia - Qué es, Significado y Concepto http://definicion.de/paranoia/#ixzz3o5x1zzgb

sábado, 18 de julio de 2015



Los trastornos psicóticos

son trastornos mentales graves que causan ideas y percepciones anormales. Las personas con psicosis pierden el contacto con la realidad. Dos de los síntomas principal es son delirios y alucinaciones. Los delirios son falsas creencias, tales como la idea de que alguien está en su contra o que la televisión les envía mensajes secretos. Las alucinaciones son percepciones falsas, como escuchar, ver o sentir algo que no existe.

La esquizofrenia es un tipo de trastorno psicótico. Quienes sufren de trastorno bipolar también pueden tener síntomas psicóticos. Otros problemas que pueden causar psicosis son: el alcohol y ciertos medicamentos, tumores cerebrales, infecciones del cerebro y un ataque cerebrovascular (ACV).

El tratamiento depende de la causa de la psicosis. Puede incluir fármacos para el control de los síntomas y psicoterapia. La hospitalización es una opción para los casos serios en los que una persona puede ser peligrosa para sí misma o para los demás
algunos tratamientos :
Terapia electroconvulsiva
Tratamiento para la esquizofrenia y el trastorno bipolar: Antipsicóticos

martes, 14 de julio de 2015

¿como dormir y quitar el insomnio ?
APAGA EL WIFI , TV .TELEFONO TODO Y ACUESTATE
a mi me funciono xd

jueves, 9 de julio de 2015



¿Qué es un Psicópata?

No se puede entender a los psicópatas en términos de retroceso o de desarrollo antisocial. Son simplemente individuos depravados moralmente que representan a los "monstruos" en nuestra sociedad. Son depredadores infrenables e imposibles de tratar en quienes la violencia es planeada, decidida y carente de emociones. Esta violencia continúa hasta que alcanza un tope alrededor de los 50 años, y luego disminuye.

Su falta de emociones refleja un estado de desprendimiento, de audacia y posiblemente disociado, revelando un sistema nervioso autonómico bajo y una carencia de ansiedad. Es difícil decir qué es lo que los motiva - posiblemente el control y la dominación - dado que la historia de sus vidas no demostrará generalmente ningún lazo de muchos años con otros ni mucha rima en su razón (excepto el planeamiento de la violencia).

Tienden a operar con una grandiosa conducta, una actitud pretenciosa, un apetito insaciable, y una tendencia hacia el sadismo. Su falta de temor es probablemente la característica prototípica (de base) (la hipótesis del poco miedo). Es útil pensar en ellos como si fueran vehículos de alta velocidad con frenos defectuosos.

Ciertos desórdenes orgánicos (del cerebro) y desequilibrios hormonales imitan el estado de ánimo de un psicópata.



Hay cuatro (4) subtipos diferentes de psicópatas. La distinción más antigua entre los tipos primario y secundario fue realizada por Cleckley en 1941.


Los PSICÓPATAS PRIMARIOS no responden al castigo, a la aprehensión, a la tensión ni a la desaprobación. Parecen ser capaces de inhibir sus impulsos antisociales casi todo el tiempo, no debido a la conciencia, sino porque eso satisface su propósito en ese momento. Las palabras no parecieran tener el mismo significado para ellos que el que tienen para nosotros. En realidad, no se sabe si llegan a comprender el significado de sus propias palabras, una condición que Cleckley llamó "afasia semántica." No siguen ningún proyecto de vida, y parece como si fueran incapaces de experimentar cualquier tipo de emoción genuina.

Los PSICÓPATAS SECUNDARIOS son arriesgados, pero son individuos también más proclives a reaccionar frente a situaciones de estrés, guerreros, y propensos a la culpabilidad. Se exponen a más estrés que la persona promedio, pero son tan vulnerables al estrés como la persona promedio. (Esto sugiere que no son "completamente psicopáticos." Puede ser debido a variaciones genéticas distintivas).

Son gente audaz, aventurera y poco convencional que comenzó a establecer sus propias reglas de juego a temprana edad. Son conducidos fuertemente por un deseo de escapar o de evitar dolor, pero también son incapaces de resistir a la tentación. A medida que su ansiedad aumenta hacia un cierto objeto prohibido, su atracción hacia ella también se incrementa. Viven sus vidas dejándose llevar por el aliciente de la tentación. Tanto los psicópatas primarios como los secundarios están subdivididos en:

Los PSICÓPATAS DESCONTROLADOS: son la clase de psicópatas que parecen enfadarse o enloquecerse más fácilmente y más a menudo que otros subtipos. Su frenesí se asemejará a un ataque de epilepsia. Por lo general son también hombres con impulsos sexuales increíblemente fuertes, capaces de hazañas asombrosas con su energía sexual, y aparentemente obsesionados por impulsos sexuales durante la gran parte de su vida que pasan despiertos. También parecerían estar caracterizados por ansias muy fuertes, como en la drogadicción, la cleptomanía, la pedofilia, cualquier tipo de indulgencia ilícita o ilegal. Les gusta la endorfina "alta" o "acelerada" del